Tango Sensei

Estudió contabilidad pero su destino estaba en el Tango y él lo sabía porque había nacido para cantar. Primero empezó probando con amigos y agrupaciones que lo hicieron debutar. Sus años más estelares fueron con el maestro D’Arienzo que dirigía una orquesta espectacular y rápida que fue el terror de los cantores, porque seguirle el ritmo era agotador. Sin embargo los grandes nunca consideraron ese estilo un obstáculo y brillaron como nunca al ritmo del rey del compás. Nuestra figura señera de hoy, se ubicó entonces en ese lugar y fue un cantorazo que llenó de éxitos el firmamento tanguero. Cada vez que intentó alejarse del maestro, lo hacía por poco tiempo y regresaba, como si alguna voz les indicara a los dos que se necesitaban, que la música rioplatense los necesitaba como un binomio insustituible.

Cantaba por amor al arte, no por dinero, esa fue la máxima de nuestro artista invitado. Voz varonil y perfecta para el tango. Suplió nada menos que a Alberto Podestá en la orquesta de Pedro Laurenz. Tuvo una carrera exitosa después de muchos sacrificios para poder demostrar que tenía sobradas cualidades para ser un buen cantor. Acompañó a Salgán aunque nunca pudieron grabar juntos y fue muy amigo de Edmundo Rivero que lo alentó mucho en su trayectoria dentro de nuestra música que nos hermana en el Río de la Plata.

Músico uruguayo con todas la teclas, empezó desde niño y cuando cumplió nueve años, formó una orquesta infantil. Inspirado y magnífico ejecutante del Tango, que hoy está de luto, entristecido por su partida, sorpresiva y dolorosa para los amantes de este ritmo eterno rioplatense. Excelso bandoneonista y gran compositor, le llamaban ‘el maestro del Tango nuevo’, porque siempre proyectó e impulsó nuevas expresiones que enriquecía en cada tema. Nunca perdió de vista ni las raíces ni el origen tanguero, apoyó a las generaciones más jóvenes para inyectar sangre fresca a nuestra música. Fue un destacado y respetado embajador del Tango en el mundo. Ganador en el 2007 de un Grammy Latino por su álbum ‘Te amo, Tango’, en su extensa carrera, compartió escenario con los mejores intérpretes de fama internacional. Excelente persona, maestro admirado y amigo entrañable.

Su voz era la viva representación melodiosa del tango en los años cuarenta. Original forma de interpretar y presencia que acompañaba la intención, al final lograda, de ser un cantante famoso al que secundaron grandes orquestas de la época. Venía de familia tanguera y eso se notaba, porque fue un constante hacedor de éxitos. Alma de músico con clara estirpe gardeliana, registro de tenor y timbre de terciopelo. Se encumbró precisamente cuando el tango tallaba fuerte y había un desfile de primeras figuras que inundaban el cielo porteño. Su mérito fue destacar entre tantas estrellas. Contaba con un variado repertorio para revelar sus aptitudes y captar, en cada tema, el clima que se necesitaba para entrar en el gusto popular.

Un 11 de marzo, algún maravilloso destello cósmico aterrizado en la Tierra nos regaló un genio para que la historia del Tango se enriqueciera más allá de Gardel, que ya había hecho su tarea, dejando nuestra música en lo más alto del concierto mundial. Un músico que pasó por todas las etapas de prueba posible, un talentoso al que Dios puso en sus manos un bandoneón, pero pudo haber sido cualquier otro instrumento, porque su capacidad creadora e innovadora siempre dieron para más. Su música la exhibimos con orgullo por todo el mundo y los artistas más connotados del Planeta la interpretan de mil formas distintas, porque la riqueza de sus composiciones admiten cualquier desenfreno creativo y los más arrebatados impulso de la sangre. Tango Sensei, una vez más, rinde –de pie- un merecido homenaje, en el mes de su nacimiento, al único, recordado e inimitable Astor Piazzolla!

Nació un febrero 18 del año 1920 y parecía eterno. Mantuvo su lucidez e inspiración musical toda su larga vida, nos dejó sus melodías y tangos famosos que recorrieron el mundo ostentando un sello de calidad inigualable. Creativo e innovador hasta la médula más profunda de nuestra música, autor de temas tan recordados como queridos por el público. Empezó muy joven, adolescente inquieto y talentoso que los mayores no dejaron escapar y lo subieron a un escenario casi a escondidas, por su corta edad. Pianista que como una dulce y melodiosa tromba, deleitaba a cada paso. Compositor consagrado. director destacado que exigía a sus músicos y se brindaba por igual. Una figura señera del Tango mayor que nos acompañará siempre en el Río de la Plata y esparcirá su genio y figura por todo el mundo; ayer, hoy y siempre.

Bandoneonista excepcional, notable orquestador, director, compositor y músico de pura cepa. Sus aportaciones al Tango son de un valor supremo, innovador y creativo, cuya velocidad y sincronía con el instrumento son insuperables. Debutó profesionalmente nada menos que con Pepe Basso aunque luego integró famosas agrupaciones como la de Atilio Stampone y el nuevo Quinteto Real junto al maestro Salgán. Tres veces recibió el premio Konex en Argentina, reconociéndolo como uno de los 5 mejores instrumentistas de Tango. Oírlo tocar es como reencontrarnos con muchas Buenos Aires juntas; la de ayer, la de hoy y la del futuro, porque maestros como él, que además hoy siguen propagando talento sin descanso, dejan una escuela ejemplar.

Nació a unos kilómetros de Buenos Aires, inició cantando jazz a los catorce años y paradójicamente fue el más porteño de los porteños y lo demostró en los escenarios con su garganta firme y uniforme para hacernos sentir el Tango hasta el alma. Cantó con algunos grandes de nuestra música y su figura fue ganando espacios en el gusto popular en aquellos años donde no era fácil competir con otros géneros que invadían los oídos de la juventud Argentina a la que pertenecía. Actuó en algunas películas de corte alegre de la época de los sesenta y participó en muchas obras teatrales exitosas. Radio y televisión fueron las plataformas ideales de su carrera triunfadora, dejó bien representada a nuestra música en su exitosa gira por Japón con el maestro Galván.

Hace un largo tiempo que no llamamos Lunfardo al lenguaje frustradamente esotérico de los delincuentes sino al que hace ya muchos años habla el porteño cuando comienza a entrar en confianza. Es un idioma de seis mil palabras cargado de metáforas en el que las voces de los presos se codea con otras voces de cuna honrada que adoptan el léxico por original y snob, lo pasean por Buenos Aires incorporándolo a la calle, al lenguaje ciudadano. Rechazado y resistido al comienzo, fue por obra del Tango que logró colarse en el uso popular y sellar su vínculo con la gran ciudad que empezaba a comunicarse, en parte, por su vocabulario popular que abría otras posibilidades, digamos, menos formales y más abierta para acercarse con los demás. De todos los escritores que se dedicaron a resaltar las virtudes de este idioma e informarnos sobre sus orígenes, hoy dedicamos este programa a uno de ellos, quizás entre los más grandes y connotados sobre el tema, Don José Gobello.

Era italiano de nacimiento pero a los diez añitos fue insertado de manera definitiva en su Buenos Aires que tanto amó. Le decían el caballero cantor, apodo bien ganado por su porte varonil y su voz melodiosa que encantaba. Decía que había aprendido a cantar oyendo a los pájaros que le enseñaron la espontaneidad de su canto. Guitarrista y compositor. Buen amigo y excelente ser humano. Su carrera estuvo plagada de éxitos en aquellos años donde era muy difícil destacar. Supo ganarse la aceptación de la gente del pueblo que lo seguía y alentaba en su carrera a la fama. Fue actor de varias películas y creador de muchos éxitos que hoy siguen sonando fuerte.

Uruguayo y cantor. Personalidad firme, humor a flor de piel; voz mágica y potente que todavía resuena en nuestros oídos cuando escuchamos con atención las primeras estrofas de La Cumparsita o nos deleitamos cuando antes que empiecen las letras originales, él se adelanta y recita con maestría una introducción impactante de su propia inspiración. Arrancó en Buenos Aires cantando con Francini –Pontier, siguió con Rotundo y terminó con su querido amigo y excelente director Leopoldo Federico, aunque también nos dejó para el deleite, grabaciones acompañado por las guitarras de Arbelo. Fue considerado el mejor cantante de la segunda mitad del siglo pasado. Su éxito en ventas de discos, llegó a superar a los Beatles, que por aquellos años arrasaban con su popularidad. Le decían de manera más que justificada, “El Varón del Tango”, la potencia de su garganta, figura y simpatía, quedarán imborrables en la memoria eterna de nuestra música.

Embajador de nuestro Tango por el mundo. Sabía manejar varios idiomas, y eso le facilitó la tarea de darse el gusto y vivir un tiempo en España y Francia. Fue en París donde compartió cartelera con figuras de la talla de Lily Pons, Bing Crosby y Maurice Chevalier . Dejó bien representada la música de Buenos Aires. Tenía un registro de voz intermedio, entre barítono y tenor que le daban personalidad a su atinada melodía. Siempre cantó un repertorio de acuerdo a su estilo, tenía buena pinta y dedicación plena a una carrera colmada de éxitos y aventuras por el mundo tanguero.

Una selección cuidadosa pensando en todos nuestros queridos seguidores y en especial, aquellos que peinan canas y disfrutan de estas piezas que agigantaron nuestra música en todo el mundo hasta hacerla imprescindible, única y necesaria para masajear el alma y unir corazones alrededor de ella. Arrancar un año oyendo esta música del Cono Sur, es como pedirle permiso a la vida y licenciarnos el derecho de amarla para seguir difundiendo sus compases hasta donde nos den las fuerzas y la tecnología auxilie con la cobertura necesaria para decir, en cualquier parte del mundo, estamos presentes y al servicio del Tango.

Con el sabor de antaño, iniciamos este 2021 recordando tangos del ayer en un álbum exitoso de Rubén Juárez. Hoy, en pleno siglo XXI, seguimos admirando y disfrutando esas cálidas melodías, la hermosa poesía de aquellos vates del tango que observaban cada movimiento de la ciudad y su gente, espiaban cada zaguán y contemplaban cada ventana, cada esquina de un barrio popular, antes de elaborar artesanalmente las letras que le dieran sentido y ritmo a una historia de amor, a un desengaño, a un encuentro casual y porteño. En Tango Sensei nos sentimos cada año que pasa, más orgullosos y felices de poder difundir a todo el mundo, esta música que tanto amamos.

Presencia rutilante. Estilo vehemente y dramático que acompañan una voz potente para el Tango. Una mujer que tiene todo para hacerse oír y sacudir al auditorio. La llaman ‘la polaca’, apodo que le regaló Héctor Gagliardi. Hace muchos años que nos regala su talento patentado en cientos de grabaciones que abarcan, desde los clásicos hasta los tangos nuevos, esos que se siguen escribiendo igual, con el corazón inspirado, pero describiendo otra Buenos Aires. Inició grabando –nada menos-, que con la Orquesta Símbolo de Osmar Maderna. Luego como solista, y de ahí pa’l real, un éxito tras otro, hasta ubicarse como una de las mejores cantantes. Acompañó a Mariano Mores de gira por Nueva York y actuó, cosechando aplausos, en los mejores centros nocturnos de la gran Ciudad.

Como decía el Negro Rubén Juárez: «tiene tango la “moquet” de una mansión, así como compartir la tos en un bulín de dos por dos...» Con la complicidad de un buen amigo el tango nos lleva de la mano a mundos de marginación o de etiqueta. Nos sienta en la mesa de un café a reflexionar sobre la amistad, el amor y el desengaño, o a evocar aquellos tiempos, lugares y personas que están siempre del lado del corazón. Cada tango tiene una historia, si no la cuenta en sus compases, nos llega por tradición oral la anécdota que lo inspiró. Y nos hacemos parte de ella; nos adueñamos de ese tango que sonará por siempre en ese rincón que tenemos todos los tangueros en el alma.

Cada Tango fue escrito con la imaginación poética y el corazón musical por delante, todos los compositores se inspiraron en alguien o en algo para plasmar en el pentagrama una historia que conmoviera y fuera recordada a través de los años, aunque sabemos que las piezas que el público hizo más famosas son las que perduran más. Nuestra música tiene esa característica, para sellarla en el tiempo siempre tendrá que pasar por el tamiz popular, aquel que pule y perfecciona, ese que nunca se equivoca y elige lo mejor.

Para nadie es un secreto que a nuestro ídolo del fútbol le gustaba mucho el Tango. En sus múltiples viajes por el mundo, si se encontraba con algún cantante argentino, del género musical que sea, trataba de pedirles ‘un tanguito’. Se animó a cantar algunos pero había uno que lo emocionaba porque se veía reflejada parte de su vida y su niñez como ningún otro, aunque ese tema se había escrito cuando él no había nacido y los ídolos que nombra no pudo conocer Diego pero su letra seguía vigente. En un programa especial, hoy elegimos los tangos favoritos de Diego Maradona, figura del fútbol mundial que nos dejó pero no se fue y vivirá en el recuerdo de todos los que disfrutamos las alegrías más grandes que nos regaló este genio de las canchas.

Transitando ya hacia el sexto aniversario, nuestro programa seleccionará el álbum del mes para que una semana del mismo, disfrutemos juntos una selección de buenos temas con intérpretes excepcionales. Hoy nos toca Tango, un compendio maravilloso del extraordinario músico argentino Julián Plaza, en él recorremos desde algunas piezas clásicas, hasta creaciones nuevas y otras dedicadas a los grandes de nuestra música rioplatense. Nos ponemos a tono, con los oídos afinados, dispuestos a escuchar estas joyas musicales y comentarles detalles sobre cada una de ellas. Bienvenidos los tangueros de siempre y gracias por continuar un año más con nosotros.

Chocá los cinco o «give me five», para el caso es lo mismo en esta generosa región de Tijuana-San Diego donde nacimos hace cinco años y hoy seguimos renovados y felices, con más ganas que nunca y la misión permanente de continuar llevándoles Tango Sensei por muchos lustros más. En lo dicho, estamos de parabienes, en plena celebración y produciendo este quinto programa, los dos juntos al aire y en ambos lados de la frontera, con el auxilio de la nueva tecnología que nos pone en Zoom y al unísono, para darles lo mejor de nosotros. En esta cuidadosa selección de hoy, elegimos mitad de programa para cada uno, con los tangos favoritos que nos mueven más y ustedes oyeron en estas más de 250 emisiones y las que vendrán, en que ‘pasan las horas y el minutero vuela’, como decía Gardel. Un gracias sostenido de nuestra parte a todos los que nos oyen y hacen posible que sigamos difundiendo la magia de esta música rioplatense que tanto amamos!